martes, 15 de marzo de 2011

Arábigos y Robustas


Hola compañeros amantes de la cafeticultura, empiezo este blog para tocar el aludido tema. No sabía precisamente por dónde empezar con tantos argumentos para abordar en torno al café, prácticamente me pude empachar de tantos que se me vineron a la mente. Sin embargo, creo que podemos ir de acuerdo al método científico, de lo general a lo particular. La generalidad del café puede tratarse desde que se sabe que en el mundo consumidor cafetalero, dos "especies" son las que prevalecen (98%) del genero coffea; Arábiga y Robusta, de estas dos variedades (especies) una es la que se considera fina—la arábiga—y la otra es considerada como inferior, la robusta. La base para considerar esto es el sabor del café; la fina (arábiga) como su nombre lo dice es de un sabor fino, sutil, suave—por eso se consideran cafés suaves—en la especie inferior (Robusta o Canephora) su sabor es de igual forma inferior al arábigo; es astringente o muy ordinario si bien nos va. Un punto importante a señalar es que para determinar el sabor de un café se determina bajo el lenguaje de la taza; o sea, taza suave, taza limpia, taza sana; taza dura, taza pesada, taza dañada, etc. En este mismo orden de ideas también consideraremos que una taza fina (arábiga) por naturaleza será suave y una de robusta será fuerte. Así mismo la taza fuerte puede servir para darle cuerpo a una taza suave (cuando le falta) y así surgen las “mezclas” del café. Nota: Los cafés más finos no se mezclan, se valen por si solos según los expertos.
Es muy común mezclar cafés arábigos con robustas, estos últimos sirven para darle cuerpo a esa taza—arábiga—fina. Por otro lado, estas dos especies se diferencian de acuerdo a su establecimiento en el campo. La robusta es más resistente a climas cálidos, en cambio la arábiga se debe de ubicar en climas especiales (templados húmedos) no calurosos. Y aquí es donde surgen los cafés de altura (obvio, sólo son arábigos). En conclusión diremos en esta ocasión y aquí cerraremos esta entrada que la bebida del café que se consume en todo el mundo surge de dos especies; una fina y una inferior. La arábiga y la Robusta. Éstas se pueden combinar para generar una mejor taza (no siempre).
También existen híbridos—es otro tema—de estas especies que se utilizan en el campo (para hacer más resistente a la arábiga) y diversas variedades. No está por demás decir en este momento también que las tres características básicas para determinar “la taza” son: cuerpo aroma y acidez, como en los vinos. También hay que aclarar, la competencia (en sabor) entre una especie y otra, sería una competencia innecesaria… absurda.